Llegando a finales de año, creo que es necesario resucitar la sección de “Recuerdos del Pasado”. Esta vez he querido centrarme en Play Station 2, ya que mi historia con esta consolita es para hacérmelo mirar, pero al menos pude disfrutar de algunos grandes juegazos que en ese momento no podía disfrutar en ninguna otra.

En aquel momento de mi vida jugaba en ordenador de sobremesa, totalmente modificado con lucecitas y con casi todo actual. Los MMORPG dominaban mi vida y no es algo que oculto, pero hubo un momento que mi cabecita hizo clic y necesitaba tener otra cosa con la que desconectar.

Lo primero es que por aquel entonces no tenia ingresos al no estar trabajando, ya que estaba en proceso de empezar un ciclo formativo de grado medio. Lo segundo es que solo me quedaba negociar con mis Padres, algo duro, pero que tras sacrificar una de esas cosas esenciales hoy en día, pude hacerme con una Play Station 2 Slim.

¿Qué era esa cosa esencial? Pues Internet. En casa de mis Padres teníamos ONO de 150 Mb y mi Madre me dio a decidir entre mantener Internet por cable o pillar la Play Station 2. ¿El resultado? Cedí y pude hacerme con una.

El momento de acercarme al Corte Inglés más cercano tuvo su momento de alegría y más tras tener en mis manos una de las tres que le quedaban disponibles. La cosa es que mientras pagaba, daba vueltas por mi cabeza pillar una Memory Card con los pocos ahorros que tenía, ya que no me llegaba para un juego.

Tras un debate con mi cabeza, me fui con una PS2 Slim y una Memory Card bajo el brazo. ¿Ningún juego? Pues no, la cosa es que llevaba pensando si era posible modificarla en un futuro y tenia amigos con una buena colección en esos momentos.

El primer juego que inserté en la consola fue el gran Final Fantasy X y solo pude disfrutarlo unas pocas horas. Un buen amigo, el cual estaba enganchado consiguiendo los eones oscuros, me lo dejó durante unas horas para poder probar la consola y no vivir de películas en DVD.

Las primeras horas con Tidus fueron mágicas, tanto que no soltaba el mando ni para comer. Tenia el tiempo justo para probarlo y el juego en esos momentos superaba el precio de 10.000 ptas., algo que no me podía permitir. Lo peor fue devolverlo a media tarde, ya que las ganas de continuar eran altísimas.

Tras un tiempo pude hacerme con los discos Swap Magic y las piezas para la PS2 Slim, por lo que pude disfrutar de copias de seguridad en cualquier momento. A partir de ahí, mi vena coleccionista empezó a florecer, tanto que por aquel entonces pillaba fundas de plástico y imprimía las caratulas. La cosa es que ahora que lo recuerdo, no sé que fue de ellas, pero bueno, son etapas.

Quitando esa parte oscura, empecé a trabajar en el extinto videoclub Blockbuster y, gracias a ello, empecé a pillar juegos originales de PS2, teniendo una pequeña colección bastante llamativa y que a día de hoy me siento orgulloso.

El rincón de videojuegos era totalmente mío, ya que l@s compañer@s no entendían del todo bien lo que traían desde almacén. Había unas pequeñas cestas con un buen surtido de juegos para alquiler/compra, por lo que empecé a ojear y pude hacerme con maravillas como Metal Gear Solid 2, Devil May Cry 3, la trilogía Jak and Daxter, Burnout 3, Dragon Ball Budokai 3, The Matrix Path of Neo, 24: The Game, etc.

Otro de los recuerdos que tengo grabados a fuego fue el lanzamiento de Resident Evil 4 en Play Station 2. Tuve la reserva hecha desde el primer día y, mientras mis compañeros de clase fardaban de la versión de Game Cube, fui con tal alegría a por el que me daba todo totalmente igual.

Hubo otro que también recuerdo con cariño, ya que fue un regalo de mi hermana por mi cumpleaños. Metal Gear Solid 3 Subsistence fue un regalazo con esa edición repleta de discos y más con ese disco 3 que era como una película, lo que hizo que disfrutase mi Padre de su maravillosa historia.

De todas formas, no solo vivo de recuerdos sobre los juegos que tuve, sino que conocí grandes amigos, que mantengo a día de hoy, con los que compartía partidas al Dragon Ball Budokai. Un gran saludo a Alberto Montesinos si está leyendo esto.

Para rematar este pequeño remember, hay alguien en especial que también estuvo en mi etapa Play Station 2 y fue mi gran amigo Cesar. Antes de todo lo contado en el artículo y justo en el lanzamiento de la Play Station 2 FAT, estuve mareando a la familia para que me pillaran la consola. No me salí con la mía por el precio de 50.000 ptas., pero mi amigo Cesar se hizo con ella porque pensaba que me la regalarían.

El tío se gastó todos sus ahorros para disfrutar de esa maravilla que fue el primer Dragon Ball Z Budokai y ahí estábamos los dos metidos en su cuarto flipando con los gráficos. Digamos que es uno de los últimos recuerdos con el y me hubiese gustado que siguiera entre nosotros a día de hoy, pero parte de mi vida gamer ha sido gracias a el y mi hermana, por lo que es algo que nunca olvidaré.

Muchas gracias a todos los que hayan llegado hasta aquí con mis historias perdidas cual abuelito. Espero que estéis disfrutando de las Navidades todo lo posible e id con cuidado con todo el tema covid, espero publicar algo más para finalizar este gran año en el blog, por lo que estad atentos.

¡¡¡Felices Fiestas!!