La unión entre Team Ninja y Sony Interactive Entertainment nos ha dado un juego que llevaba años gestándose y que, con el nombre de Rise of the Ronin, será el juego que hoy analizaremos en esta página.

Lo primero que quiero dejar claro, y lo repetiré en la conclusión, es que el juego me ha gustado entre otras muchas cosas, por la calidad que ofrece. Pero sí que es cierto que he tenido un cúmulo de sensaciones de altibajos que, aunque los “altis” siempre acaban ganando a los “bajos”, en ningún momento ha hecho que esta montaña rusa me aleje de los mandos ni tampoco de la historia. Rise of the Ronin es muchas cosas, que ahora describiré, y también es un gran juego.

Comenzamos este recorrido de altibajos con algo que normalmente veo primordial empezar, su historia. Rise of the Ronin nos traslada a mediados de la Japón del Siglo XIX, basado en un contexto político y social real, pero que más que contar cómo fue realmente, lo acercan más a la postura personal de uno de esos bandos. Con esto, no digo que mientan en la historia, ni que tampoco sea un juego que radicalice en una u otra ideología, porque a lo largo del juego, podremos decidir diferentes tesituras (aunque solo muy pocas marcan un peso gordo en la historia). No sé cómo vivirá esto desde dentro un jugador japonés, pero yo al menos, y creo que la gran inmensa mayoría de jugadores de fuera, no debemos en pararnos en si esto o lo otro. Creo que es vital para disfrutar del juego.

Personajes reales, con cierto protagonismo, sucesos, ciudades y unas líneas de diálogos muy cuidadas, pero un personaje principal muy poco carismático y también, agridulce. Dudo que nadie el día de mañana recuerde Rise of the Ronin por alguno de los dos personajes hermanos que podemos elegir, y hubiera estado mejor más carisma y más poder de decisión. Vale que un rōnin se defina como samurái sin amo, y que si me apuras son pocos los que han pasado a la historia con su renombre pero es que, sin duda alguna, nuestro personaje es uno más de esa larga lista de rōnin olvidados que existen. Todo esto con una larga lista de líneas de diálogos acompañarán a que nos empapemos de información de todo lo que sucede a nuestro alrededor.

Hablemos ahora del género. No sabría bien cómo abarcarlo de una manera reducida. Tanto como para bien como para mal, Rise of the Ronin es un juego donde hay más de un elemento que nos hace indicar por dónde tira el juego, pero no logra reunir los suficientes ingredientes como para decir de manera unánime es esto o lo otro.

Aunque cuenta con un mundo amplio, lleno de detalles y elementos de la época y muy elaborado, se antoja un poco lineal, ya que realmente las misiones secundarias no aportan mucho peso ni a información ni a mejoras ni tampoco hay una gran variedad que haga que después de veinte horas de partida (el juego dura más) queramos hacer lo mismo, pero más difícil. Esto hace que en cierto punto del juego, uno se anime a usar con frecuencia el viaje rápido.

Hay sigilo, y es gratificante, pero a la mínima ya deja de estar presente cuando hacemos algo mal y correcto, que se nos penalice, pero no hay un mapa diseñado ni un escenario para ejecutar a todo el mundo de manera sigilosa, aunque sí que sea posible. Hay dotes del género de aventuray lo veo cierto ambiguo. Y todo esto, que puede parecer crítica, no lo es para nada. Únicamente es una contrapartida a tener en cuenta cuando vas a hablar con alguien del juego, y que a lo mejor necesita que esa persona le tengas que explicar o convencer si tiene dudas de algo. No lo veo como algo malo, insisto, pero sí un condicionante a la hora de tener en cuenta determinadas cosas.

Y luego, toca mucho el género “Souls” que sin duda para mí es el que más características tiene. Y de calidad, todo sea dicho. Del sistema de batalla hay que dar importancia al “ki”, una barra en la que marcará todo el combate, tanto para bien como para mal. Esa será nuestra mejor amiga y no es idéntica a los juegos ya conocidos del género. Tiene su peculiaridad, que es un mayor castigo a la hora de agotarla. Y eso es gustoso, ya que lo hace personal y diferente, ya que esta barra de estamina no solo baja cuando damos o recibimos golpes, sino cuando también no acertamos el momento correcto de la ejecución de lo que sería el parry.

Con todo esto, y explicado de manera básica porque aquí se trata de combatir y combatir, botón de ataque, un interesantísimo botón de contraataque, una esquiva que me ha costado hacerme a ella a nivel personal (insisto con lo de personal), una defensa que el enemigo intentará evitarla con unas muy buenas ejecuciones, un salto muy socorrido y luego, la técnica de nuestra cuerda que nos ayudará mucho con algunos enemigos, combinando combos con nuestras armas, de las que ahora tocará hablar.

En Rise of the Ronin hay un gran arsenal de armas de todo tipo dentro del contexto histórico que abarcamos, y se centran en tres grandes grupos que diferencian los tres estilos de combate que hay, que son armas cortas, a media distancia y lo que sería los mandobles. Todo esto es vital a la hora de la creación y desarrollo del estilo de combate que mejor se nos adapte y, también, para luego destinar los puntos de habilidades del árbol que ofrece, con hasta cuatro tipos de parámetros a mejorar. Sin duda, a mi forma de ver, el plato fuerte del juego y que cumple con creces. Destaco también las armas secundarias, normalmente a distancia, que cuando le coges el truco y la mecánica, única a la ejecución final, nos dejará unas preciosas fotografías de los combates.

El nivel de dificultad es algo que puede traer cola. A mi forma de ver, y respetando todo lo que llevo diciendo, el no clasificarse como un juego de un género en concreto, hace que el poder seleccionar el nivel de dificultad no sea algo negativo. En un juego de la saga From Software, quizás es impensable e imperdonable. Aquí, a mí al menos, me parece un acierto. Y ojo porque el nivel de dificultad fácil, no es ni mucho menos coser y cantar. Jugándolo en medio, morir ha sido parte de la mecánica del juego, y aunque personalmente he disfrutado mucho, creo que para jugar a Rise of the Ronin hay que tener cierta paciencia, tiempo y habilidad en los mandos, porque en ningún modo de dificultad el juego será un machaca botones. Es que incluso con un npc normal de los muchos que vemos será fácil de este modo, aunque sí que lo normal es que le venzamos, a cambio de perder innecesariamente mucha vida.

El apartado audiovisual es lo último de lo que voy a hablaros. Visualmente, no es un gran portento gráfico, ya que tanto el nivel de detalle de los escenarios como la distancia de dibujado no es de sobresaliente, sí es cierto que sabe sacar tajada con los bonitos diseños que podemos ver a lo largo de nuestra aventura. Soy una persona (matadme) que premio más la resolución que la tasa de frames por segundo. Firmo jugar siempre a 30fps que a 60fps si voy a sufrir bajones. Pero en Rise of the Ronin y tras un ratito intento probándolo, con combates y demás, es de los pocos juegos en los que he decidido jugarlo premiando la tasa de refresco a la resolución, ya que apenas he visto mejoría en ningún ámbito visualmente, y en lo que se refiere al combate, lo agradezco.

En el apartado sonoro temo decir que ninguna melodía se quedará de manera épica en nuestra mente, pero sí que está hecha pensada por y para el juego, para cada ocasión y que nos sumergirá de lleno en todo el universo. Además de ello, aunque creo que el doblaje japonés es impoluto, yo lo he jugado con las voces en castellano porque se me hacía más ameno jugarlo así en las diferentes escenas y muy variadas de vídeo que hay a lo largo de la aventura.

Una aventura que nos tendrá jugando entre unas cuarenta o sesenta horas de juego si no nos paramos mucho, y estimo no muchas más de ochenta para quienes quieran platinar.

Concluyendo, Rise of the Ronin es un juego que recomiendo a todos los amantes de los Souls y los juegos que recreen el folklore japonés. A lo largo del análisis, quiero dejar claro algo que no sé cómo lo ha podido percibir el lector. La primera de todo, es que Rise of the Ronin es un grandísimo juego. Estamos muy mal acostumbrados que juego que no llegue a una nota superior al nueve, es un mal juego, y eso es un gran error que el mundillo de los videojuegos lleva arrastrando desde hace muchos años ya. Rise of the Ronin es un juego que merece mucho la pena probar. No nos mojamos en nota en esta web, lo sabemos ya, y me gusta que así sea, porque hay mucha gente que cae en el error de ver la nota e irse. La otra cosa que quiero dejar clara, es que aunque este juego abarque muchas pinceladas de géneros e ideas, quizás no vaya a convertirse en el referente de nada de lo que toca, pero hace una cosa muy importante y que personalmente, me gusta mucho y aplaudo. Nada de lo que ofrece este juego, es malo. Y qué importante es eso, de verdad. Recomiendo mucho Rise of the Ronin.

Rise of the Ronin ya se encuentra disponible en PS5.

*Análisis realizado en PS5 con un código proporcionado por Precision Spain