Chibig Studio sigue haciéndose hueco en el mundillo de los videojuegos con otra entrega más que interesante. Los desarrolladores de Deiland siguen ofreciendo calidad en su siguiente producción, Summer in Mara, un juego que nos hace meternos en la piel de Koa, la protagonista, y con la que empatizaremos mucho.

A pesar de su estética, Koa engaña en apariencia. Valentía y curiosidad forman parte de su su personalidad, la cuál le será vital para superar cada uno de los obstáculos que le irán saliendo. Ella será la culpable de que tanto peques y adultos puedan jugar y disfrutar de la aventura que nos ofrece el estudio valenciano.

La historia de Summer in Mara produce cierta ternura y pena. Koa, protagonista de la aventura, naufraga y es rescatada por Yaya, quien la acoge en su isla y le enseña prácticamente todo. Con los años, Koa se queda sola y, gracias a la personalidad anteriormente descrita, decide conocer qué hay alrededor de la isla, nunca abandonándola del todo pues el regreso a ella es obligatorio a lo largo del juego.

El resumen de la misma, se puede decir que es una enseñanza más a la importancia de cuidar nuestro medio ambiente, un mensaje que tanto pequeños como adultos debemos tener en cuenta.

Aunque el ritmo de la historia no está bien medido del todo, sí que entra interés al jugador por descubrir el final de lo mismo, ya que hay algo dentro del mundo del juego que despierta el interés para descubrirlo.

El control de Koa no podría ser mejor, pero Chibig Studio quizás sí que ha pecado de ambición. No cabe duda que este título tiene clara influencia de Deiland, y eso se ve en la gestión de los elementos que podemos ir recogiendo en los diferentes escenarios. Hasta ahí no podemos destacar nada negativo, el problema viene el haber incluido una barra de hambre tan exigente, que llega a condicionar un poco la libre exploración y, para el público más pequeño, o el menos hábil, ágil o simplemente exigente, puede ser verdaderamente tedioso. Otro pequeño fallo, y el último a mencionar, es que nuestro personaje no aparece en el mapa. La referencia tendrá que ser a través del lugar donde hemos estado recientemente o con la localización de algunos de los personajes importantes, y variados, que nos ofrece el juego, ya que ellos sí que estarán en el mapa.

Recolectar, avanzar y aprender nuevas habilidades forman parte de lo que vamos evolucionando dentro del juego, donde quizás peque un poco de sencillez, pero que al menos ofrece cierta adicción a querer mejorar cada cosa que descubrimos nueva.

Completar Summer in Mara puede llegar a alcanzar perfectamente las veinte horas de juego, haciendo diferentes misiones secundarias, algunas de recadero y otras de punto A a punto B y con la historia principal.

Con un diseño similar a la creación anterior de sus desarrolladores, Summer in Mara perfecciona todo. Podría ser perfectamente el mejor apartado dentro del juego y el más cuidado. Todos los elementos que vemos en pantalla respetan la estética del mundo en el que se desarrolla la historia. Ningún elemento desentona.

Y desde Chibig Studio han querido que el apartado técnico del juego sea igual de equilibrado y bueno, ya que la banda sonora, y las melodías que nos acompañan a lo largo de las aventuras serán épicas, variadas e incluso emotiva, con cierta concordancia con los momentos diferentes que vayamos viviendo.

Por concluir, nos ha gustado Koa tanto como el mundo en el que le ha tocado vivir. Una protagonista que deja huella en el panorama indie, y si bien es cierto que este juego puede contar con una segunda entrega, de hacerlo tienen que exigirse mucho desde Chibig Studio, ya que hay cosas que cuesta igualar y superar, y Koa, sinceramente, es protagonista no solo de la aventura. Si no de todo lo que engloba el videojuego que estamos analizando.