Blasphemous, desarrollado por The Game Kitchen, ha emergido como una experiencia notable en el género metroidvania. A lo largo de este análisis, exploraremos los aspectos más destacados del juego, desde su impresionante apartado gráfico hasta su cautivador diseño sonoro, así como su jugabilidad y posición dentro del género. Si bien Blasphemous tiene muchas cualidades notables, también presenta áreas en las que podría mejorar para alcanzar la excelencia.

En términos de jugabilidad, Blasphemous sigue el camino ya conocido del género metroidvania, colocando a los jugadores en el papel del Penitente, un guerrero en búsqueda de redimir su alma en un mundo lleno de desafíos y penitencia. A medida que avanzan, desbloquean habilidades y herramientas que les permiten acceder a nuevas áreas y enfrentar enemigos más formidables. Aunque la jugabilidad es sólida y bien ejecutada, no se aventura más allá de las fórmulas establecidas en otros títulos del género. Una debilidad notable radica en la falta de innovación en su mecánica de juego, lo que podría llevar a cierta familiaridad entre algunos jugadores al recorrer caminos ya trazados. Sin embargo, el juego mantiene su nivel de desafío gracias a una curva de dificultad ajustada y la diversidad de enemigos y jefes a los que nos enfrentamos durante nuestra travesía.

El apartado gráfico el título es un viaje a través de un mundo oscuro y retorcido. El diseño artístico meticuloso impregna cada rincón de Cvstodia con detalles góticos y religiosos, creando una atmósfera única y opresiva. La elección del pixelart es una maravilla, logrando combinar la nostalgia de lo retro con una estética moderna. Cada sprite y fondo está cuidadosamente elaborado para transmitir la esencia misma de la lucha entre la agonía y la redención que define la trama.

Sin embargo, en medio de esta impresionante presentación visual, hay un detalle que interrumpe la inmersión: la ausencia de un fondo negro detrás de los subtítulos. Este descuido en la implementación de la interfaz puede dificultar la legibilidad de los subtítulos en áreas con una iluminación intensa o detalles visuales complejos. Una solución tan simple como agregar un fondo negro habría mejorado significativamente la experiencia del jugador y la comprensión de la historia.

Encuanto al apartado sonoro, contribuye en gran medida a la atmósfera opresiva de Cvstodia. Uno de los aspectos más notables es el doblaje al castellano, una elección audaz que aporta autenticidad al entorno del juego, inspirado en la península ibérica. Las voces, en su mayoría, están bien logradas y añaden una dimensión adicional a los personajes y sus historias. Los diálogos están cuidadosamente escritos y reflejan la autenticidad de la ambientación, sumergiendo aún más a los jugadores en la trama.

Los efectos de sonido y la música en Blasphemous están cuidadosamente diseñados para complementar la experiencia visual. Los efectos, que van desde el chirriar de la madera hasta el retumbar de las armaduras, agregan un toque de realismo palpable. La música, por su parte, es melancólica y evocadora, transportando a los jugadores a la emocionalidad de Cvstodia y acompañando perfectamente los momentos de lucha y exploración.

En conclusión, Blasphemous es realmente impresionante en términos de arte y jugabilidad en el género metroidvania. Si te gustan los juegos de Hidetaka Miyazaki o los metroidvania, definitivamente deberías probar Blasphemous. Si The Game Kitchen sigue mejorando y puliendo lo mostrado en este juego, podríamos ver un Blasphemous 2 destacando como un juego excepcional en el género, atrayendo a jugadores que buscan desafíos emocionantes con la estética grotesca que lo caracteriza.

Blasphemous ya se encuentra disponible en Nintendo Switch, PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X, Xbox Series S y PC

*Análisis realizado con la versión de PC