Los PsTalents vuelven a dejarnos un nuevo juego que, por desgracia, se ha quedado más en un intento de lo que pudo haber sido que de lo que realmente fue al final.

Hablamos de Dawn of Fear y no estamos para nada ante un gran juego, pero sí es cierto que los puntos negativos lastran considerablemente el juego, haciéndolo un título pensado más para los amantes del género que para un público más abierto.

Dawn of Fear no copia nada en un género en el que está todo inventado, pero sí que homenajea por suerte mucho a dos claros exponentes del género, Silent Hill y Resident Evil. Y destacamos que no copia porque gracias a esto es un juego que merece la pena probar a pesar de los errores que se contarán en este análisis.

Brok3nsite es el estudio encargado del desarrollo del juego, y apostaría que es un equipo integrado por personas que están bien curtidos en este tipo de género al que pertenece Dawn of Fear, el Survival Horror. Pero no solo diría que se han pasado un gran número de juegos de este género, sino que, además, tienen un sentimiento encontrado en él. Y digo esto por las referencias tan características, hoy día olvidadas, que presenta Dawn of Fear.

La historia es oscura, confusa, que tiene muchas tramas abiertas, pero que sin duda lo va cerrando poco a poco. Dawn of Fear cuenta su historia a través de lo que vamos viviendo en el juego, de manera jugable, y que vemos en pantalla, y otra a través de esas pequeñas notas que tenemos que ir encontrando poco a poco. Notas que no siempre están delante de nosotros (las más importantes sí) y que harán que queramos saber todos y cada uno de los misterios que abarca la mansión en la que se desarrolla los personajes. Una historia que se nos antoja un poco corta, pues en menos de cinco horas en la primera vuelta nos pasaremos el título.

Y la manera en la que tenemos que ir avanzando es mediante la exploración de cada uno de los lugares que nos ofrece la mansión y a través de puzles que hay a lo largo de todo el juego. Y, a decir verdad, estos puzles están muy bien logrados y algunos de ellos serán un tanto difícil, aclarando que la dificultad en los puzles suele ser algo relativo.

Otro de esos homenajes que vemos en Dawn of Fear es el uso de cámaras fijas, una de las armas más útiles en todos aquellos juegos que expusieron el máximo nivel por los años noventa. Pero esta vez, la brillante idea de utilizar estas cámaras fijas no se ven reflejado de maravilla a la hora de ponerlo en la práctica y controlas a nuestro personaje.

Controlar al protagonista de la historia es un poco enrevesado, pues estamos ante un control un tanto tosco (más de lo normal) y en algunos momentos, este control ligado a una mala colocación de dichas cámaras fijas hará que pasemos algún que otro momento, y no precisamente por la trama o los enemigos.

Hablando de los enemigos, la variedad premia al jugador, y también el escaso número de balas y de elementos de curación, algo muy característicos en ese tipo de juegos también.

Mención también especial al sistema de guardado, limitado, escaso y a diferencia de muchos juegos del género, no siempre en una habitación ajena a peligros. En Dawn of Fear debemos estar siempre atentos a cualquier elemento hostil, pues puede estar en cualquier lugar y donde menos lo esperemos.

Aquí es donde radica un poco la dificultad del juego, y que, en mi caso, sin ser ni experto ni amante del género pero sí un seguidor del mismo, me he topado con varias dificultades a la hora de avanzar y las veces que he muerto han sido un número considerable de veces. Unas por exceso de confianza (mal por mí), otras por escaso material de salud o munición (chapeau por el equipo de desarrollo) y, por último, por pequeños y no muy numerosos fallos técnicos, comprensible por no ser un producto triple A pero que en algunos momentos condenan al jugador de manera muy negativa.

Técnicamente es donde más se puede notar la falta de experiencia del estudio y donde también hay que tener en cuenta de dónde viene el juego. Ni visual, ni sonoramente, Dawn of Fear es un mal juego. El problema viene en los fallos técnicos que a veces saltan en el juego. Tales como, por ejemplo, entrar en una habitación y que la pantalla se quede completamente negra. Un fallo que por suerte se ha visto mejorado en una actualización al poco tiempo de salir, pero que queda muy lastrado y ofrece una experiencia no del todo óptima.

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También se puede llegar a echar un poco de menos la ausencia de un mapa que ayude a movernos por toda la mansión que, aunque no sea del todo grande, siempre es de agradecer esta herramienta y más en este tipo de juegos.

Por último, a pesar de los pequeños fallos, que muchos de ellos se pueden sanar mediante actualizaciones del juego, Dawn of Fear es un juego muy recomendable a los amantes del género y a quienes se atrevan, a día de hoy, a volver a aquellos maravillosos juegos de Survival Horror, no siendo ni mucho menos el referente, pero tampoco el peor de los mismos. Dawn of Fear es un buen juego que, si bien es cierto que apuntaba a algo más serio, es puramente disfrutable.