Llegar a sentirse abrumado es posible, más si cabe con tantos lanzamientos estos últimos meses. He llegado a tener momentos en los que no sabia a lo que jugar y si a eso se le suma la carga de trabajo con el blog, pues… apaga y vámonos.
2022 ha sido un año con multitud de lanzamientos cada mes, tantos que ha llegado a abrumar. Ahora en 2023, parece que la cosa sigue por el mismo camino. Y yo me pregunto… ¿Esto acabará explotando en algún momento?
No es la primera vez que hablo de este tema, ya que en Twitter ha salido algún que otro debate sobre los lanzamientos tan consecutivos. La perdida de magia es palpable, pero no por lo que estemos jugando en el momento, sino porque mientras estamos con uno, al día siguiente sale otro y la cabeza se te pone a pensar en otras cosas.
Entiendo que quieren cerrar los años fiscales como dios manda, pero poco a poco algunas compañías empiezan a notar que sus grandes lanzamientos no venden como a ellas les gustaría.

Ubisoft ha sufrido con las ventas de Just Dance y Mario Rabbids, dos juegazos bastante esperados que han coincidido con otros pesos pesados en sus fechas clave. Habría que analizar el mercado para saber que ha pasado realmente, pero alguien que lo ve desde fuera tiene dos dedos de frente y toca priorizar. La economía esta algo tocada desde hace tiempo, la subida del precio de los videojuegos está presente y los continuos lanzamientos no ayudan a que sean valorados como se merecen.
Mario & Rabbids ha sido un batacazo bastante gordo, pero no solo en este caso, sino en muchos otros. También hay que sumarle que el Black Friday y los días Sin IVA hace que los consumidores esperemos atentamente a esas rebajas tan agresivas, como por ejemplo lo que sucedió con Sonic Frontiers.
A lo que quiero llegar es que a veces es mejor mirar bien el calendario y fijar mejores fechas, distribuirlas como se merecen para llamar esa atención deseada. Las compañías pueden creerse que los consumidores compren diez juegos de tirón, cuando la cosa no es así realmente y son muy pocos los que han vendido en condiciones.
No se puede estar al día con todo lo que sale y al final acaban sufriendo algunos juegos que se merecían una mejor fecha. Tan solo hay que pensar como ha trabajado Warner Games de cara al lanzamiento de Hogwarts Legacy, retrasándolo una vez más al ver como salían pesos pesados y en cantidades industriales a finales de 2022. El mes de febrero lo arrancan ellos y aunque sea otro mes sobrecargado con Final Fantasy Final Bar, Like a Dragon Ishin, Wanted Dead, Tales of Symphonia y Octopath Traveller 2, solo se habla de dar vueltas por Hogwarts.

Ahora es cuando uno se da cuenta de como un solo juego llama la atención por encima de los demás y como las compañías se agarran a esas fechas sin pensar en otra cosa.
Este ritmo de lanzamientos va a acabar explotando en algún momento, llevándose por delante a algunas desarrolladoras. Es una pena, pero me pongo de parte del consumidor, ya que económicamente es inviable apoyar todos los lanzamientos, aunque algunos se queden pendientes.
Solo espero que luego no haya quejas, ya que Ubisoft va a ser la primera de muchas. Como dije antes, un estudio de mercado debería ser prioritario, así como una elección de fechas con cabeza y mentalizarse de que el retraso a veces puede llegar a ser la mejor opción.
Ahora solo queda esperar y ver como se desarrolla 2023, pero la gran pregunta va a ser… ¿Cuánto tardará en bajar de precio?