Cada mañana salgo a la parte de atrás, observo ese pequeño tronco y decido sentarme. Ya ha pasado mucho tiempo, pero las pesadillas siguen acechando y no sé cuánto tiempo va a pasar antes de que llamen a la puerta. Vivo entre la tensión y la tranquilidad, ya que Atreus va creciendo muy rápido. Aun tengo mucho que enseñarle, pero el Ragnarök está cerca…

God of War Ragnarök se ha lanzado hace unas semanas en Play Station 4 y Play Station 5. Muchos fans, entre los que me incluyo, esperábamos con ansia esta nueva aventura, algo que solo sucede con muy pocos juegos a lo largo de los años.

Llevo desde Play Station 2 siguiendo las aventuras de Kratos, desde sus comienzos como dios de la guerra hasta vengarse del propio Zeus y pasando por la crianza de su hijo Atreus. Parece que fue ayer cuando pude disfrutar de este nuevo reinicio en Play Station 4 y la verdad es que ha llovido bastante desde 2018. Como se suele decir, un personaje evoluciona a la vez que lo hacemos los jugadores, ya que los años no pasan en balde y Kratos es el vivo reflejo de cómo uno puede cambiar dependiendo de las experiencias de la vida.

En Ragnarök no me he encontrado al mismo Kratos que en el juego de 2018, sino que ya confia algo más en su hijo Atreus, aun teniendo cosas de cualquier chico adolescente. Es un poquito más confiado y seguro de lo que puede hacer, aunque intenta seguir defendiendo a su hijo de lo que está por llegar.

No te fíes y no busques enfrentamientos contra los dioses

Lo bueno del estudio de Santa Monica es que sabe lo que tiene entre manos y más viendo que es el fin de la mitología nórdica. Es un juego desarrollado con mucho cuidado, destilando mimo por todas partes, algo que he podido observar de primera mano en las horas que he disfrutado de esta nueva aventura. Pero de todas formas, es una pena que hayan querido cerrar la historia sin esperar a una tercera entrega y así completar una nueva trilogía más redonda. También entiendo porqué lo han querido hacer así y más que nada por los tiempos de desarrollo entre entregas, ya que se podría haber alargado otros cuatro o cinco años para finalizar la historia.

¿Han abarcado muchísimo? Sí, pero también han sabido medirlo con cuidado y mejorar lo visto en la primera entrega.

La entrega de 2018 dejaba muchos frentes abiertos y más con ese pequeño adelanto de cara al Ragnarök. Si en la primera la cosa iba algo más lenta presentando la mitología, personajes, lo que le había sucedido a Kratos y la aventura con su hijo… en Ragnarök es todo lo contrario y va a lo que va desde el primer momento.

La primera hora es bastante buena, tanto que se pasa en un suspiro y solo quieres más y más para ver qué sucede. La cantidad de personajes y zonas que he podido conocer ha sido bastante más amplia, algo que es normal para poder rematar Ragnarök en condiciones.

El plano secuencia sigue siendo el eje principal de toda la historia, manteniendo una vista cercana de todo lo que sucede y haciéndolo todo lo más ágil posible. Nunca negaré que es una genialidad y hace que todo sea más suave de cara al jugador y sin transiciones de por medio.

En ese aspecto, el estudio no ha querido sorprender demasiado y es que no le hace tampoco falta. Puede que hayan sido continuistas en algunos aspectos como en la jugabilidad, cámara, narrativa, etc. pero para todo aquel que decida criticarlo, es que no se que pueden esperar de una secuela para cerrar totalmente la historia.

Magnífica ambientación y reinos por descubrir

Kratos y Atreus exploran mucho más, tanto que he podido visitar cada uno de los reinos buscando respuestas o siguiendo pistas. Midgard, Alfheim, Jötunheim, Nilfheim, Svartalfheim, etc., serán algunos de ellos, pero me reservo alguna que otra sorpresa.

La exploración se ha explotado un poco más, ya que cada reino tendrá su propia zona con misiones secundarias, desafíos y pequeños secretos. Desde un inicio, no he podido acceder a algunas zonas, por lo que el backtracking vuelve a ser marca de la casa.

Aunque la historia me tuvo enganchado, no quita que me haya desviado en algún momento para explorar en condiciones algunas zonas o completar misiones secundarias con algunas recompensas bastante interesantes.

Desviarse a veces viene bien

Se nota que Santa Monica ha querido darle más importancia a las misiones secundarias, ya que están mucho más trabajadas. Gracias a ellas he conocido más detalles de la mitología y criaturas sorprendentes, pero al menos han sabido explotar mucho más la peor parte de su primera entrega.

Las misiones tienen su propia historia, siguiendo el patrón de cada reino y aportando información y desafíos bien trabajados. Ha sido un placer desviarme para hacerlas y es algo que voy a agradecer al estudio para hacerme desconectar un poco de la historia principal.

Para finalizar, viene bien también para mejorar el equipo de ambos lo mejor posible. Minerales, pieles, etc. son algunos de los objetos que he ido encontrando, así como mejoras de vida/ira y piedras para desbloquear un nuevo reino.

En resumen, la exploración va a ser algo esencial para explotar mucho más el juego, así que es algo que recomiendo desde un primer momento.

Sobre las mejoras de equipamiento, aunque no hay mucha variedad y los cambios de las armaduras se reduzcan a componentes de más calidad, ya depende del gusto en la apariencia de Kratos y las estadísticas que estas aporten. Por mi parte, me he enfocado mucho en Ataque y Defensa, con algún añadido en suerte, pero no soy quién para decir cual podría ir bien.

Un sistema de combate clásico y efectivo

El sistema de combate me ha sorprendido algo más, ya que han querido darle algo más de agilidad a Kratos y eso lo he notado desde el primer momento. La cantidad de enemigos en pantalla llegan a duplicarse, por lo que el esquivar y bloquear ha sido algo que me ha acompañado hasta el final.

Los enemigos son bastante variados, encontrándome algunos voladores, acechadores, grandes, gigantes y esponjas de daño. Hay que tener mil ojos en cada uno de los enfrentamientos y aunque Mimir me iba chivando algunos ataques, la señalización en la parte inferior de Kratos me ha salvado la vida más de una vez. Por cada enemigo que tenía cerca, una flecha se añadía, por lo que cuando me iban a atacar, esta cambiaba de color y se hacía más llamativa.

Los ataques son más dinámicos, sin llegar a ser tan pausados. Hay momentos en los que pensaba que me encontraba en alguna entrega clásica, cambiando entre el hacha y las espadas, usando habilidades y combinando bien los ataques.

Tampoco voy a olvidarme de Atreus, ya que la IA se ha trabajado un pelín más, aportando su granito de arena. Eso sí, el botoncito de ataque sigue estando activo y cuando lo he necesitado para quitarme algunos enemigos de encima, ahí ha estado.

Un apartado gráfico a la altura

Si antes mencionaba que cada reino es bastante amplio, lo que me queda por decir es que son preciosos. El motor gráfico lo han explotado algo más, dando un toque artístico diferente a cada reino y haciendo que se diferencien entre sí. Las físicas están más cuidadas, dotando de vida a cada uno de los entornos.

Me ha sorprendido, bastante y más con cada uno de los modos de juego que han añadido. Vamos, todo a manos del jugador para que disfrute con más fps, VRR, Baja frecuencia, 120hz, 4k… De todas formas, lo he estado disfrutando en modo rendimiento a 60 fps, pero aquí ya depende del gusto de cada uno.

El doblaje sigue siendo de calidad, repitiendo las voces originales de la entrega de 2018, menos… la de los enanos. Me ha dolido un poco, ya que lo hacían especialmente bien, pero sin desmerecer el gran trabajo de los nuevos dobladores. ¿Y la BSO? No voy a añadir mucho más porque es bastante buena y se adapta a cada una de las situaciones de forma espectacular.

Un trabajo bien hecho y una despedida especial

God of War Ragnarök da un cierre a la mitología nórdica, mejorando lo ya visto, mimando la narrativa y un guión/personajes a la altura. Puede que hayan querido ser algo avariciosos para meter todo en esta secuela, pero analizando en profundidad y como bien he dicho en un inicio, no han tenido más remedio.

Si te gusta God of War por haber disfrutado de las entregas originales o porque lo descubriste en 2018, esta nueva aventura te va a gustar por el gran mimo en la parte narrativa. El plano secuencia y el guión acompañan, ya que no todo son sandbox y siempre viene bien desconectar con otro tipo de propuesta.

Mi gran enhorabuena a Santa Mónica por su gran trabajo en esta secuela, por lo que las ganas de lo que nos pueda deparar el futuro va creciendo cada día.

God of War Ragnarök ya se encuentra disponible en Play Station 4 y Play Station 5.

*Código para PS5 proporcionado por Play Station España

**A estas alturas te habrás dado cuenta que no parece un análisis al uso y es que he querido tomar como referencia el que hice en 2018. Ragnarök es una entrega mucho más redonda pero apenas tiene cambios en la jugabilidad que requieran hablar en profundidad, por lo que he querido hacerlo más personal y así que disfrutéis de la lectura.