Existe ese pequeño momento, ese en el que te quedas reflexionando sobre como pasa el tiempo. No me refiero a que nos salgan canas, sino como las generaciones de consolas van avanzando y te da por pensar que todo va demasiado rápido.
Juegos pendientes, consolas a la espera, historias por disfrutar, momentos mágicos por descubrir… Tantas cosas que cuando lo piensas se te pone la cabeza como un bombo.
Si tengo que ser sincero, no esperaba escribir algo esta madrugada del 28 de mayo, pero cuando la inspiración aparece… más vale que la aproveche.
No creo que sea el único que se quede observando su colección, leyendo caratulas, ojeando algún manual, repasar los pendientes y saborear de esas consolas antiguas bien expuestas. Tengo un pequeño sillón en la habitación donde tengo las vitrinas, algo que puso mi mujer por la de veces que me veía en el salón de nuestro antiguo piso delante de la vitrina cual estatua. No habrá sido la de veces que habrá contado la historia de porque lo puso ahí, algo que solo hace darme cuenta de lo bien que se fija en esos pequeños detalles.

Cuando me encuentro en dicha habitación, el tiempo se me pasa volando de la de recuerdos que tengo en algunos juegos. Ya sean buenos y malos, todos tienen su pequeña lección y, a lo tonto, han estado en determinados puntos de mi vida.
2017 fue un año donde hubo un punto de inflexión, donde recibía comentarios sobre que mi edad no era la adecuada para los juegos de niños, que tenia que dejarlo atrás, que perdía el tiempo, etc. Creo que no seré el único que haya recibido esos comentarios tan típicos, pero al final lo que importa es como se siente uno y mantener su esencia, así como sentirse orgulloso de uno mismo sin tener en cuenta lo que piensen los demás.
“La estatua legendaria”
Hay algo que siempre me viene a la cabeza, un recuerdo de mi niñez que se me quedó grabado a fuego, aunque en realidad era una maravillosa persona que conocí a raíz de mi Padre. Don Luis (Tal y como lo llamaba de crio), era un gran amante del cine y, como tal, poseía una colección maravillosa que se expandía por los pasillos de su casa.
Me maravillaba hasta tal punto que me embobaba con toda su colección repartida por grandes vitrinas y con una habitación dedicada en exclusiva a ver las películas con su mujer. Hablábamos de vez en cuando sobre series de TV, películas de acción e incluso me pedía alguna que otra en la época de los VCD.

Gracias a Don Luis y su mujer, conocí grandes películas como Star Wars, Indiana Jones, Matrix, algunas Disney, Operación Swordfish, Blade Runner, Westerns, Musicales… Ya que de tal variedad, un niño siempre pedía más y más.
De todas formas, fue la primera persona que conocí como un gran amante de algo en especial y, eso, se me quedó bien grabado.
“El tiempo es eso, tiempo”
Perderse entre esas pequeñas colecciones es saber en donde te identificas, aquellas historias de ahorrar para salir corriendo a por algo tan deseado, aquellas pequeñas cosas que te explotaban la cabeza de crio, aquellos momentos con un pequeño libro o robando pilas para colocarlas en la Game Boy.
A lo tonto, muchas son las cosas que se quedan en nuestros recuerdos y que siempre vuelven al presente cuando las cuentas. Esas pequeñas sensaciones, se viven muy pocas veces.
Siempre habrá tiempo para seguir en plan estatua delante de las vitrinas, estanterías o pequeños rincones de la habitación, porque es ahí donde se encuentran esas maravillosas historias.

“El paso del tiempo”
Si habéis llegado hasta aquí, solo dar las gracias a los que han sacado cinco minutos para esta pequeña lectura. La razón de esta pequeña inspiración es porque esta misma semana mi mujer ha vuelto a contar la historia del sillón en la habitación, a la que ha bautizado, como “Perdición”. Si a eso le sumamos lo cómodo que me encuentro en la sección del blog “Recuerdos del Pasado”, todo hace que sumar.
Adoro escribir sobre este hobby y más por la de historias que tengo en mi pequeña cabecita desde que tuve una Game & Watch en mis manos. No sé en que momento lo dejaré atrás, pero espero que eso tarde en llegar.
Muchas gracias