Hace unas semanas que pude completar Assassin’s Creed Valhalla tras unas 118h y eso sin sacar el 100%, pero me ha dado para reflexionar muchísimo y por ello, ha caído este pequeño texto para dar que hablar.

Antes de la llegada de PS4/One existían muy pocos juegos a los que llamar sandbox o como bien se dice por ahí, mundo abierto. Era fácil clasificar los juegos al estar los lineales con gran carga narrativa, JRPG, Deportivos, ARPG, Simulación, Arcade, sandbox… Pero parece que los consumidores empezaron a pedir mucho más y las ventas de los juegos de tan solo 8h empezaron a bajar considerablemente.

Siempre me han apasionado los juegos cortos por vivir una gran historia y que esa te mantuviese enganchado durante unas horas, pero los sandbox tenían que evolucionar para atraparme aún más. La cosa es que en las pasadas generaciones te encontrabas sandbox con una narrativa mucho más cuidada y eso destacaba entre los pocos que había, destacando entre ellos los GTA, Red Dead Redemption, Saint’s Row, etc. Luego teníamos los RPG que siempre nos han acompañado y que a día de hoy siguen existiendo para meternos en historias más complicadas.

A lo que quiero llegar es que el “sandbox” no estaba tan extendido como en la generación de Play Station 4 y Xbox One. De la noche a la mañana, las desarrolladoras empezaron a experimentar con juegos que siempre habían sido historias cortas para dar paso a juegos de mundo abierto, llegando a ofrecer lo que el jugador ansiaba en ese momento, pero que con el paso de los años ha empezado a cansar.

No voy a entrar en el tema sobre si algunos salieron bien o mal, porque hay de todo, sino más bien en las horas que hay que invertir para poder completarlos.

Los jugadores que llevamos bastante tiempo en el mundillo podemos llegar a saturarnos por el poco tiempo que tenemos hoy en día, llegando a estar meses hasta completar un sandbox de todo el contenido que incluyen. El problema es que la historia ha pasado a un segundo plano para dar pie a contenido secundario que más bien te hace desconectar totalmente de la narrativa y al final, acabas jugando de forma monótona hasta llegar a los créditos.

Esta claro que es mi opinión y en ningún momento voy a llevaros la contraria, ya que, si para uno es lo mejor, para otro puede ser lo de menos.

Los sandbox han llegado para quedarse, aunque tarden en salir al mercado por todo el trabajo que tienen por delante las desarrolladoras. Juegos en los que el mundo es tan grande que llega a abrumar de tantas tareas que se encuentran pendientes y si por desgracia eres un completista, tendrás ese pequeño toc por querer completarlo todo.

Puede que llegue el momento en que los jugadores veteranos busquemos algo más, algo que nos tenga atrapados sin depender de contenido añadido como si fuese relleno para tenernos enganchados, porque es así, no siempre vamos a tragar con todo lo que nos echen. Si la historia no llega a enganchar, el contenido secundario es lo de menos, pero si añaden misiones principales cortas y muchísimas secundarias, acabas al final bastante perdido entre tantas cosas.

¿El mayor problema? La magia se está empezando a perder y eso es algo preocupante.

Por otra parte, se encuentran los juegos como servicio, pero no es algo a lo que añadir a esta parrafada, ya que juegan en otra liga paralela al depender de añadidos vía expansiones o estéticos.

Igualmente… ¿Podrían ser la evolución natural de los sandbox? Que se lo digan a Anthem o MARVEL Avengers.

En conclusión, los sandbox han llegado para quedarse y con ello, hay que invertir muchísimas horas en ellos. No sé hasta que punto van a llegar, pero más les vales trabajar mejor las historias principales para intentar atrapar al jugador convencional, ya que no todo tiene que ser “Cuanto más, mejor”. Todo llega a abrumar y luego esta la saturación, pero si se necesitas un relax de esos juegos, seguro que tienes muchos más accesibles a tiro de mano en la estantería.