Llevo un tiempo retrasando esta pequeña reflexión, pero fue anoche cuando mi cabeza hizo click y me dije… “Ahora es el momento”.

Con el lanzamiento de la nueva generación de consolas, siempre se tiende a mirar atrás y no por cómo fueron los primeros días, sino por los juegos que se han disfrutado a lo largo de estos últimos siete años.

Muchos me han estado preguntando si me gustaría tener PS5 o una Series X de lanzamiento, a lo que siempre he respondido con un rotundo no. Esta vez necesitaba tomarme un descanso y aunque me maravilla todo aparato tecnológico nuevo, me he aguantado las ansias con tan solo echar un vistazo a la colección actual que tengo en mi propiedad.

No sé qué me deparara el futuro, como tampoco que haré mañana, pero no descarto que en un futuro cambie de idea, pero en estos momentos no. ¿Alguna razón? Podría decir muchísimas, pero me quedo con la más reciente y que pasó por mi cabeza hace unas horas tras leer unos hilos en twitter.

En dicho hilo preguntaban cuáles eran los juegos más destacables de la generación o los que más te llegaron al corazón y fue ahí cuando me di cuenta que recuerdo poquísimos. Puede que tenga una mini lista de juegos que tengo bien grabados a fuego, pero si me pongo a recordar los de X360/PS3/Wii podría decir muchísimos más.

A lo que quiero llegar es que tengo tantísimos pendientes que no he dado abasto estos últimos siete años y que posiblemente habré jugado a juegos que han pasado sin pena ni gloria o sin nada que remarcar sobre ellos.

También es verdad que en la parte personal he tenido altibajos y eso conlleva dar prioridad a otras cosas, como por ejemplo mi salud. Por otra, la gran cantidad de lanzamientos mensuales de estos últimos años ha sido demasiado grande y si eres una de esas personas que le gusta todo tipo de géneros, acabas más tirando por el último que llega o por el que invade tus pensamientos gracias al hype.

Hay maravillosas experiencias, como también decepciones, pero eso no quita que aún queden muchísimos mundos por descubrir ahí fuera, en la vitrina del grupo selecto de mi colección. Podría lanzarme de cabeza y haber pillado una consola de nueva generación para disfrutar de los mismos juegos con mejoras, pero al final pensaría que he tirado el dinero por un venazo puntual y que podría esperar unos años para replanteármelo de nuevo.

Cometí un error en la generación de PS3/X360 por cansancio tras tantos años y fue deshacerme de todo para financiar la nueva generación, incluyendo juegos precintados y que no había tenido la oportunidad de disfrutar. Con PS4 quería hacerlo de otra manera y tras dar bastantes tumbos a lo largo de los años, me puse un objetivo y era completar una colección de la que pudiese disfrutar, dejando los que me maravillen y vendiendo los que no me gusten. Ahora bien, sumémosle una Xbox One X que prometí durante años no hacerme con una y el pasado mes de Mayo aterrizó en casa, lo que hizo que dejase un huequecito para conseguir sus joyas y algunos que no pude disfrutar en su momento.

Los finales de generación tienen su miga, ya que se junta el ansia con las rebajas, es decir, una nueva consola con sus maravillosos avances y una liquidación brutal de las antiguas.

Muchos jugadores tienden a deshacerse de todo en estos momentos, tal y como hice en la pasada generación, por lo que es buen momento para hacerse con accesorios, juegos de la lista de deseos de amazon, etc. Sumémosle el Black Friday o el Cybermonday que están teniendo muchísimas webs, así como las rebajas por liquidación de Media Markt de hace unas semanas, donde podías ver barbaridades a precios irrisorios.

Ahora mismo me siento orgulloso de finalizar dos colecciones de consolas que se han despedido hace unas semanas y con ello, se me abre un abanico de experiencias que va a tocar disfrutar con calma.

Para finalizar, mi enhorabuena a todo aquel que haya dado el salto a Play Station 5 y Xbox Series X/S, unas máquinas con muchas posibilidades de cara al futuro. Disfrutad de este pequeño momento porque en los lanzamientos de nueva generación, te inviade una mezcla de nervios, tensión y emoción como cuando te levantabas temprano para abrir los regalos de los Reyes Magos. Nunca la olvidas.