Llevo unos meses con bastante nostalgia en cuanto a espinitas clavadas. Hay juegos que no llegué a finalizar o directamente no pude comprarlos, ya que entonces no me lo podía permitir.
En la entrada del mes pasado os pude hablar de Illusion of Time y Dragon Ball Hyper Dimension, siendo el primero uno de esos juegos que más cariño tengo y que nunca pude acabar al quedarme estancado en un punto de la aventura. Ahora bien, tengo un pequeño objetivo este año y es completar esos juegos que no pude disfrutar en su momento, como por ejemplo The Legend of Zelda: Oracle of Ages.
El pasado mes de Octubre, cuando pasaba por un GAME, me quede embobado mirando las típicas tarjetas de la eShop. En ellas pude encontrar el “A Link to the Past” de Snes y ambos Oracle de GB Color para disfrutar mediante la consola virtual de 3DS. ¿Cuál se vino conmigo? Pues el Oracle of Ages, ya que según me comentaba un buen amigo, estaba más enfocado en la narrativa con puzles.
Tras disfrutarlo durante 23 horas, puedo decir que me ha encantado. La forma de seguir la trama a base de pistas, el lore entre las dos épocas y los secretos del mapeado han sido tres de los puntos que más me han llamado la atención. La narrativa esta a un nivel que no esperaba en un juego de Game Boy Color y es que Link’s Awakening no llegó a cuajar en “Mini” Rober, haciendo que fuese precavido con Oracle of Ages.
Capcom hizo un buen trabajo, tanto que en un futuro espero seguir con Oracle of Seasons con el código que te dan al finalizar la aventura.
No negaré que lo voy a recordar durante mucho tiempo, no al nivel de Ocarina of Time o Breath of the Wild, pero si por lo “desafiante” que ha sido. Volver a sentir la dificultad de entonces y que no te lo den todo en bandeja, hace que lo veas de otra forma.
La única pega que le podría poner es el acceder al menu de equipo de forma consecutiva, más aún en los enfrentamientos contra los jefes cuando debes equiparte varias armas. A ver, soy realista y viendo los pocos botones de una Game Boy, no había manera de hacerlo de otra forma, ya que solo podías equiparte dos armas a la vez, teniendo que ir rotándolas de vez en cuando.
Como anécdota, el enfrentamiento final contra Veran se me hizo tedioso hasta decir basta. Si, posiblemente me llaméis manco hasta el día del juicio final, pero en la tercera fase, con sus tres transformaciones, llegaron a sacarme de mis casillas. La Veran Polilla sigue torturándome mientras duermo y es que las casi tres horas de enfrentamiento tuvieron la culpa.
Hubo un momento en que no pude más de las veces que repetí las dos fases previas y volvía a caer como un manco. El pobre Link me miraba con cara de preocupación de lo rojo que me estaba poniendo y tuve que dejarlo durante media hora para tranquilizarme. Eso sí, una vez pude ponerme de nuevo… La vencí. Lo siguiente que recuerdo es levantarme de la silla y ponerme a chillar como un loco de la alegría, creo recordar que hacía MUCHO tiempo que no me ocurría algo parecido.
Pocas veces sientes la frustración de los juegos retro, haciéndote repetir los encuentros contra Jefes al completo sin puntos de guardado. ¿Molesta? Si, pero le da más satisfacción a la victoria, ya que hoy en día con los puntos de guardado se hace todo más fácil.
Tengo tres en mente para disfrutar en un tiempo, The Legend of Zelda: A Link to the Past, Illusion of Time o Kingdom Hearts Birth By Sleep. No se con cual me pondré, pero en estos momentos necesito un pequeño relax, algo que estoy saboreando con Life is Strange: Before the Storm.
Si tienes algún juego pendiente, dale una oportunidad porque hay muchísimas joyas en el pasado.